En Formaspack hemos renovado de nuevo la certificación BRCGS Packaging Materials con calificación AA, un estándar que utilizamos como referencia para evaluar de forma objetiva la solidez de nuestros procesos.
La auditoría no es solo un examen anual; es una herramienta que nos permite analizar a fondo cómo trabajamos, detectar puntos de mejora y verificar que cada etapa del proceso, desde la materia prima hasta el producto que sale de nuestras instalaciones, mantiene los niveles de seguridad, legalidad y calidad que exige el sector.
La edición de este año ha tenido un contexto particular, ya que ha coincidido con la entrada en vigor de la versión 7 de la norma. Este cambio incorpora un enfoque más detallado sobre cultura de calidad, análisis de riesgos a través del método HARA y coherencia operativa a lo largo de toda la cadena de valor. Para adaptarnos, hemos revisado procedimientos, actualizado documentación interna y reforzado algunos controles.
Este trabajo requiere precisión y seguimiento continuo. El Departamento de Calidad lidera esta parte, consolidando la documentación, verificando la trazabilidad y garantizando que cada proceso cumple lo que la norma exige, sin excepciones.
Circularidad y cumplimiento.
En paralelo al cumplimiento normativo, seguimos profundizando en nuestro modelo de circularidad del PET, que es uno de los ejes centrales de nuestra estrategia. Cada año incorporamos mejoras en la capacidad de procesar material reciclado, tanto en calidad como en volumen, y en asegurar que ese material puede volver a utilizarse en aplicaciones de contacto alimentario con las máximas garantías. Este enfoque no solo responde a una demanda del sector, sino que nos permite avanzar hacia un packaging más eficiente sin renunciar a la seguridad ni a la trazabilidad, dos aspectos que la certificación BRCGS evalúa de forma especialmente rigurosa.
Como señala nuestra CEO, Ana Sastre, este tipo de auditorías también nos permiten contrastar la evolución de nuestras plantas de extrusión y termoformado y confirmar que la circularidad y la excelencia técnica pueden avanzar de forma coherente dentro de un mismo modelo productivo.
El trabajo no termina aquí.
La reciente renovación de la certificación RecyClass Food Contact A2 por parte de OMT Recycling Project, empresa del grupo especializada en reciclado, añade una pieza importante al conjunto. Esta certificación valida que el material reciclado que producimos mantiene las condiciones necesarias para volver al circuito alimentario, reforzando nuestro objetivo de cerrar el ciclo del PET con garantías reales y verificables.
En conjunto, ambas certificaciones nos permiten seguir consolidando un modelo en el que calidad, seguridad y circularidad no son líneas separadas, sino elementos que se apoyan mutuamente.