Decimos que en nuestro grupo empresarial “mejoramos el bienestar de las personas dando vidas infinitas a los residuos plásticos”.
Puede parecer solo un claim potente, pero en realidad es una declaración de principios: cada gramo de rPET que fabricamos no es basura rescatada, es un recurso que vuelve a la vida.
Detrás de un solo gramo de rPET hay ciencia, tecnología, confianza y visión de futuro. Y aunque no se vea, su economía es mucho más compleja e inspiradora de lo que uno se puede imaginar.
De residuo a recurso: el viaje más valioso
Mientras el plástico virgen nace del petróleo, el rPET empieza su historia como un envase usado que alguien depositó en el contenedor amarillo.
Ese simple gesto enciende una maquinaria increíble:
- Recogida y clasificación avanzada.
- Lavado, descontaminado y filtrado de última generación.
- Recuperación de viscosidad para devolver al PET su resistencia original.
Es un proceso donde cada céntimo invertido se transforma en circularidad real.
Los “ingredientes” de un gramo de rPET
Si desglosáramos el valor de un gramo de rPET (sin dar números, pero con toda la verdad), veríamos que se compone de:
- Tecnología de purificación y descontaminado. Porque garantizar la seguridad alimentaria es innegociable.
- Energía y agua controlada al detalle. En circuitos cerrados, para minimizar la huella.
- Innovación y certificaciones. ISOs, EFSA, Retray, Recyclass… auditorías y estándares que aseguran que el rPET es tan bueno como el nuevo.
- Transformación experta en envases. Lámina, bandeja mono o multicapa… diseñadas para proteger el producto y prolongar su vida útil.
¿Por qué el rPET alimentario no compite en precio con el virgen?
Porque no es solo plástico.
Es un material “resucitado” que ha pasado por un ciclo de ingeniería inversa para estar al nivel (o incluso por encima) de un material virgen.
El PET virgen tiene un coste bajo porque sus impactos reales (emisiones, dependencia de fósiles, contaminación) no se reflejan en su precio.
En el caso del rPET, en cambio, cada céntimo invertido es un céntimo que reduce CO₂, evita residuos y promueve la economía circular.
No vendemos solo lámina o bandeja, vendemos decisiones correctas
Nuestro papel no termina en fabricar.
Trabajamos mano a mano con nuestros clientes para elegir la solución más adecuada, ya sea una lámina sencilla o una bandeja multicapa diseñada para dar una vida útil más larga a su producto.
Nos gusta decir que somos asesores de reciclaje, porque guiamos cada proyecto hacia la solución que mejor equilibra coste, sostenibilidad y rendimiento.
Cada gramo es una declaración de intenciones
El rPET es mucho más que un material:
- Es la prueba de que el residuo puede vivir infinitas vidas.
- Es una herramienta que permite a las marcas posicionarse como empresas responsables, con visión de futuro y compromiso real .
- Es el presente tangible de la economía circular, el que nos permite asegurar un mañana más sostenible y resiliente.
“Cuando lo miramos así, entendemos que el valor de un gramo de rPET no se mide solo en céntimos, sino en impacto positivo para las personas y el planeta.”